martes, 20 de septiembre de 2011

María Zambrano, la cubana secreta III


Por Lázaro Denis Saez





Los años cubanos de María Zambrano estuvieron marcados por la amistad y la comunión con Lydia Cabrera. De su mano conoció las raíces africanas y españolas de la isla, descubrió su pueblo mestizo, mulato, blanco, negro y, fue tal su deslumbramiento, que escribiría dos ensayos imprescindibles en su obra: “La Cuba Secreta” y “Lydia Cabrera, poeta de la metamorfosis,” en el cual muestra su estremecimiento vital ante el nuevo mundo descubierto ahora con más propiedad que en los días de Colón:

“Todavía existen mundos, lugares en el planeta donde las cosas y los seres no han sido dominados del todo por el afán de definición, donde aún palpitan asomándose por entre las rendijas de un mundo todavía sin cristalizar. La Isla de Cuba es uno de esos lugares. Las islas han proporcionado al alma humana la imagen de la vida intacta y feliz, como si fuese un regalo, del paraíso donde las dos condenas, el trabajo y el dolor, quedan un tanto en suspenso, un mundo mágico en que la “realidad” no está delimitada, y aún el sueño puede igualar a la vigilia. Por eso fueron cuna de Dioses y de Mitología. Y patria inextinguible de la metamorfosis.

Las islas son más antiguas que el Continente, y siempre vírgenes.... Cuba es la isla arquetípica, por su luz que parece levantarla hacia el cielo haciendo aún más leve el peso de la tierra.”

Pero al deslumbramiento físico le sucede, gracias a Lydia, el estremecimiento humano, la sacudida sísmica ante una cultura nueva, joven, diferente que había nacido del abrazo carnal español y africano. Capta con exactitud de filósofa uno de los elementos básicos del maravilloso sincretismo religioso afrocubano, señalando:

“La raza de piel negra es la nodriza verdadera de la blanca, de todos los blancos en el sentido legendario. Lo ha sido desde la esclavitud y verdadera libertad del liberto de esta Isla de Cuba donde las gentes de más clara estirpe fueron criados por la vieja aya de piel reluciente, cuyos dichos, relatos y canciones mecieron, despertando y adurmiendo a un tiempo, su infancia.”

Marca el valor de la mitología y la cosmogonía afrocubanas evocando “la mezcla primaria en que Dioses, hombres y mujeres, animales y plantas, juegan en el instante en que se echan los dados de la creación.... Pre-historia legendaria de nuestro histórico juego.... el mundo de los árboles sagrados intermediarios a veces entre el hombre y la divinidad.... Y los Dioses; la Diosa Oschún, antigua y siempre joven afrodita saliendo de su morada fluvial reina y dispensadora de la hermosura, la gracia y la bendita alegría...” y sagazmente nos advierte que “la religión poética del esclavo se ha enlazado con la Religión aprendida, buscando los intersticios practicables para deslizarse por ella como el agua entre las rocas. Y por otra parte, la vida y el paisaje de la isla han de haberse impreso en la tradición africana.”

Como española buena le fascina la ambigüedad de la isla ya suya para siempre, y dice:    “ la ambigüedad se complica con la magia de la Isla de Cuba; interferencia de dos mundos mágicos, metamorfosis de la poesía del alma misma trasplantada,” y exige, tarea aún por hacer, esclarecer todos los elementos genéticos de la nueva cultura, en especial el que le tocaba de cerca:

“Y le pediríamos entonces que nos ponga en camino de aclararnos este enigma: el español. ¿Es de los hombres occidentales, el más cercano al mundo de la metamorfosis o el más alejado de ella; el más libre de definición- de identidad- o el que por tener substancia tan idéntica no ha tenido las mudanzas? Y aún más, ¿qué ha persistido de lo español en las tierras nuevas, y de qué manera? ¿La historia verdadera de esta “historia” de la colonia, los cambios, las metamorfosis de lo español?”

Preguntas actuales hoy más que nunca para todos los que compartimos una herencia común y que marcan senderos en el conocimiento de lo por venir. Preguntas formuladas, hace ya sesenta años, por María Zambrano, la cubana secreta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario