Se acerca el final del 2011 y, mientras mucha gente lo desea, otra tanta lo teme.
De 2011 podríamos decir muchas cosas y pocas buenas, por desgracia. Un año raro, cargado de incertidumbre, pesares, manifestaciones, huelgas... Una crisis económica y política que ha monopolizado las noticias y las conversaciones, recortes a diestro y siniestro, una crisis de valores que ha asolado nuestra sociedad, la amenaza de la bancarrota... ¡Puf!
Sin embargo, se encienden ahora las luces de Navidad y, con ellas, un atisbo de esperanza llega a nuestro corazón. De nuevo recordamos que somos humanos, que nuestro prójimo nos necesita y sonreímos más. (Y muchas veces no nos damos cuenta de que eso es precisamente lo que nuestro prójimo necesita, una sonrisa). Deseamos lo mejor a nuestros seres queridos y dormimos con la esperanza de despertarnos y ver que el sol brilla de nuevo.
El 2012 no será tampoco un año fácil, seguro, y los hay que toman al pie de la letra las profecías de los mayas y esperan que llegue el fin del mundo. Pero podemos interpretarlas de otra manera: como el final del modelo económico establecido, final de la especulación, de la crisis de valores, de una sociedad que nos maltrata y que es injusta.
Hagamos todos un examen de conciencia, dejando a un lado las ideologías religiosas, tomando como patrón el humanismo que debería caracterizarnos, pensemos qué mundo queremos, qué sociedad deseamos para nosotros y para nuestros hijos, qué está en nuestras manos hacer para mejorar no el mundo, claro, pero sí lo que nos rodea.
Dediquemos un poco de tiempo a ver esa película que tanto nos gusta, a releer ese libro que nos hizo reflexionar sobre tantas cosas, escuchemos esa música que tan alegre nos pone, acerquémonos a un parque a ver cómo juegan y se ríen los niños, llamemos a esa persona tan querida y que hace tanto tiempo que tenemos descuidada, demos los buenos días con una sonrisa, digamos gracias y por favor, respetemos el medio ambiente, caminemos cinco minutos cada día sin prisa,...
Hagamos la diferencia.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
