martes, 27 de diciembre de 2011

Costumbres españolas en Nochevieja

Nochevieja, o la Víspera de Año Nuevo como se conoce otros países de habla hispana, es una noche cargada de promesas (dejaré de fumar, empezaré al gimnasio, haré dieta...), sueños y, cómo no, tradiciones que todos cumplimos en mayor o menor medida.

No es una celebración tan familiar como la Nochebuena y, por ello,  muchas personas salen a cenar fuera, normalmente en centros que te ofrece la cena, las uvas y el baile. A todo esto se le conoce también como cotillón.  Están muy de moda también las fiestas organizadas para jóvenes en clubs o locales de moda, donde el precio de la entrada incluye la barra libre. Aquí hay que tener mucho cuidado porque las bebidas que se sirven no son de la mejor calidad y, además, suelen vender muchas más entradas del aforo permitido.

Hay también muchas familias que la celebran en casa y, tras las campanadas, los miembros generalmente más jóvenes salen a celebrarlo hasta la mañana siguiente. Quienes se decidan quedar en casa, pueden ver en la tele programas especiales para esa noche cargados de espectáculo y luces.

Al igual que en el resto del mundo, en España esta noche viene acompañada de tradiciones y supersticiones. La más conocida y seguida es la de las campanadas acompañadas por las  doce uvas: los doce últimos segundos del año nos juntamos todos alrededor de la tele para seguir las campanadas que da el reloj de Puerta del Sol, en Madrid, y a cada golpe del badajo lo acompañamos engullendo, no comiendo, una uva. Se dice que quien logre terminar las uvas a la vez que se escucha la última campanada, tendrá suerte en el año entrante.
Esta costumbre se cree originaria de Elche, cuando un año de mucha cosecha de uva los vinicultores idearon esta celebración para sacar el excedente.


También se debe llevar algo rojo, generalmente la ropa interior o un lazo o cordón de ese color atado en alguna parte. Según dicen para atraer el amor y el deseo.

En muchos lugares de España los jóvenes se disfrazan también dándole un mayor toque festivo a la noche.

Fuegos artificiales, brindis con cava o sidra, deseos de felicidad para tu familia y amigos... Todo el mundo sonríe y lo pasa bien.

Y no se puede volver a casa sin haber tomado un buen chocolate con churros. Es el desayuno por excelencia en Año Nuevo, día de resaca y de amnesia, ya que todas las promesas quedan olvidadas.


Pues ya falta muy poquito para que llegue el 31. ¿Qué tradición española piensas seguir tú este año?



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